Apenas puede dar por superada la banca la
gran crisis que dio la vuelta al sector financiero en los últimos años,
que ya se ve obligada a enfrentar otro reto aún mayor si cabe. Los
gigantes de la tecnología como Google y Facebook, junto a un enjambre de
pequeñas empresas de internet, toman apresuradamente posiciones para
entrar en el negocio financiero, amenazando con causar un terremoto cuya
consecuencia sea, más pronto que tarde, un nuevo mapa bancario muy
diferente al que ahora conocemos. (En la foto, los fundadores de
Google).
Lo más grave es que, dentro de poco más de seis años, en
2020, los bancos tradicionales podrían perder el 30% de sus ingresos
totales en el mundo por culpa de estos nuevos competidores, que se
llevarán esta parte del pastel, según revela un informe de la asesora
Accenture.
"De momento, está surgiendo como una pequeña ola en el
océano, pero crece a gran velocidad y cuando impacte con la tierra,
entonces, será terrible", vaticina Matthias Kröner, presidente del banco
Fidor, pionero en la banca on line en Alemania. Entre 1993 y 2002, se
posicionó con la marca Direktbank DAB, para convertirse después en Fidor
y formatear su actividad acomodándola a una nueva forma de hacer en el
sector financiero. El P2P permite dar crédito a empresas o individuos en plataformas 'on line'.
"La
crisis no ha modificado la forma de trabajar de la mayoría de los
bancos, siguen como si nada hubiera sucedido", reconoció este
empresario, para después advertir de que existe "la demanda de una nueva
banca". Fidor no asesora a sus clientes en oficinas, sino que les
permite discutir entre ellos y compartir información en foros de
internet e, incluso, prestarse dinero unos a otros -los denominados
préstamos sociales-. Es más, hasta hacer aportaciones financieras a
proyectos externos, creando una especie de comunidad financiera que
amplía el espectro de relaciones entre un cliente y su banco.
Los
clientes de Fidor pueden retirar efectivo en cajeros automáticos con
una tarjeta corriente. Realizan transferencias y cobros o pagos en
cuenta a través de correos electrónicos o de operaciones telefónicas, de
manera que el cliente lleva en el teléfono su banco, su comunidad
financiera, sometiendo al resto del sector a una presión hasta ahora
nunca vista. DAB Bank, Comdirect o ING-Diba manejan, a diario,
millonarias inversiones en Bolsa por instrucciones de sus clientes. Pero
la sorpresa es que todo apunta que esto no ha hecho más que empezar.
"La
transformación digital ha dejado ya de ser una tendencia, nos exige una
transformación radical a todo el sector", reconoce Theodor Weimer, jefe
de Hypo-Vereinsbank. «Esto se parece a la revolución industrial del
siglo XIX, la digitalización dará lugar a un nuevo modelo, no solamente
de sector, sino a un nuevo modelo de economía», explica este banquero,
justificando su plan de cerrar en los próximos años la mitad de las
cerca de 600 sucursales del banco que dirige.
Prueba de la
gravedad de la situación es el hecho de que aproximadamente una cuarta
parte de los pagos a través de internet en Alemania los realiza un
intruso en el sector, Paypal, de Ebay, con 148 millones de usuarios en
todo el mundo -opera en 26 divisas y 193 países-, lo que supone tantos
habitantes como Alemania y Francia juntas. Al día interviene en nueve
millones de pagos. Al segundo mueve 4.600 euros. El año pasado, a través
de Paypal, circularon casi 130.000 millones de euros, de los que la
séptima parte fueron pagos con el móvil. Mientras su negocio total
creció un 29%, sus pagos con teléfonos aumentaron un 100%.
Hace sólo
dos años, la mayor parte de los directivos de la banca europea percibían
a Paypal como una opción exótica a la que esporádicamente podían
recurrir sus clientes. Hoy, sin embargo, se devanan los sesos buscando
cómo hacer frente a ese nuevo enemigo.
Apple apenas tiene 800
millones de usuarios registrados en iTunes con sus respectivas tarjetas
de crédito. La previsión es que a finales de 2014 sean 1.000 millones.
En cuanto a Google, gestiona más de 450 millones de cuentas de Gmail.
Realiza más de 1.170 millones de búsquedas mensuales, y más del 50% del
mercado de los smartphones usan su sistema operativo Android. Sin duda,
cifras millonarias que tienen asustados a los gestores bancarios.
El
presidente de BBVA, Francisco González, fue uno de los primeros
banqueros españoles que alertó de la nueva competencia que estaba
aflorando. "Estos nuevos jugadores están cubriendo todas las partes de
la cadena de valor", reconoció este banquero en un encuentro celebrado,
hace apenas un mes, con sus consejeros regionales en México. Es más,
advirtió de que los préstamos habían dejado de ser un negocio
"exclusivo" de la banca. En este sentido, González fue claro al
reconocer que «los bancos no pueden seguir refugiándose en las barreras
regulatorias que hasta ahora les protegían», sino que deben cambiar
rápido si no quieren ser reemplazados por los nuevos jugadores
digitales. La única "ventaja competitiva" de la que gozan los bancos es
«la gran cantidad de información» que tienen de sus clientes, en
palabras de González.
Según Bain&Company, en torno a 3.500
empresas están accediendo al negocio bancario. Los inversores advierten
un nuevo mundo de posibilidades y hay quien predice un nuevo El dorado
para el sector, como Square Ventures, uno de los primeros en sumarse a
la incipiente actividad financiera de Twitter, involucrándose en Lending
Club. La empresa estadounidense ofrece pequeños préstamos de privado a
privado, con un volumen de alrededor de cuatro millones de dólares. Es
el modelo en el que se han fijado en Alemania los hermanos Samwer, que
han partido de la experiencia de la tienda on line de calzado Zalando
para lanzarse al sector del crédito.
El estudio de Accenture detecta
que estos negocios florecen con más entusiasmo en los sectores menos
regulados y con menos exigencias legales -cambiar divisas a través de
internet o la compra de productos a plazos-. Su cuota de mercado es sólo
del 2%, pero su influencia no debe ser desestimada, sobre todo porque
amenaza con crecer abruptamente en cuanto Google y Facebook entren
masivamente en el negocio.
"Estamos hablando de empresas con grandes
músculos y bolsillos muy, muy profundos", advierte Urs Ruegsegger, jefe
del operador del mercado de valores suizo y proveedor de tarjetas
bancarias SEIS. Google, Apple y Facebook no quieren desvelar por ahora
sus planes, pero hay crecientes indicios de que planean un desembargo a
gran escala.
El nuevo iPhone va equipado con un sensor de huella
digital para poder entrar con todas las garantías en el sector de los
pagos por teléfono. Google tiene en marcha en EEUU una bolsa financiera,
Google Wallet, a través de la que los usuarios pueden efectuar pagos,
transferir o recibir dinero. En Europa cuenta con una licencia bancaria y
podría operar en cualquier momento. Facebook está a punto de conseguir
una licencia bancaria en Irlanda.
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