lunes, 9 de mayo de 2011

Agredir a un jefe tras un insulto no es causa para el despido

Un tribunal cree que amenazar al jefe con “machacarle”, sujetándole de la camisa, no es tan grave como para despedir. La Sala atenúa la conducta del trabajador porque el empresario le insultó previamente.

El Tribunal de Justicia de Asturias cree que ofender verbal y físicamente al jefe, llamándole hijo de puta, amenazándole con machacarle, matarle y enterrarle, mientras se le sujeta de la camisa, no justifica el despido.
La Sala considera que la sanción es “totalmente desproporcionada” ya que la conducta del trabajador se produjo por la previa provocación de su superior que le faltó al respeto llamándole “tonto y gilipollas”.
Una vez más, los jueces ponen en entredicho el poder de dirección del empresario al minusvalorar conductas como la que se produjo en este caso. Al respecto, Antonio Pedrajas, socio de Abdón Pedrajas & Molero, afirma que “existe una preocupante tendencia por parte de nuestros tribunales a calificar como improcedentes los despidos disciplinarios basados en ofensas verbales y físicas”. Sin embargo, advierte de que “cada situación debe analizarse individualmente” y, en este caso, estima que “la declaración de improcedencia del despido fue correcta”.

Aquí el Juzgado de lo Social, en primera instancia, y el tribunal superior, en suplicación, estiman que la actitud del empleado no alcanza “los parámetros de gravedad y culpabilidad” como para merecer la sanción impuesta de ruptura del vínculo contractual.
La empresa decidió extinguir la relación laboral mediante un despido disciplinario, mencionando en la carta de despido el altercado que se produjo entre el gerente de la compañía y el empleado.
Según ha quedado probado, el trabajador, cuya jornada laboral concluía a las cinco y media, pidió a un compañero que parara las máquinas a las cinco y veinte. Su jefe, que se encontraba por la zona departiendo con un cliente, al oírlo le comenta que las órdenes sólo las da él.
El trabajador responde riéndose de la situación, momento en el que el administrador comenta en voz alta: “Pero, de qué se ríe el tonto y gilipollas éste”. Es entonces cuando el empleado se dirige a su superior y, sujetándole por la camisa, le dice: “Hijo de puta te voy a machacar, te voy a matar, échame si tienes cojones, te voy a enterrar”. El resto de trabajadores tuvo que intervenir para separarles y evitar que el empresario fuera agredido. Por estos hechos, la compañía achaca al empleado un incumplimiento contractual grave y culpable.

La relación entre el trabajador y su superior no era buena como refleja el hecho de que el primero denunció a la empresa por acoso laboral. La Inspección concluyó que no existía tal situación aunque sí reconoció que ambos discutían frecuentemente, con cruce de insultos mutuos.
El TSJ comparte la decisión del Juzgado que estimó “desproporcionada la sanción” al entender que la conducta del trabajador es “una ofensa”, pero no un incumplimiento grave y culpable de su deber de respetar la integridad física y moral del empresario.

La Sala, tras constatar que las relaciones entre las partes eran conflictivas y que estaban enfrentados, afirma que “la previa conducta del gerente –insultando al empleado en presencia de sus compañeros– fue una provocación”. A juicio de los magistrados, dicha actitud, “sin llegar a justificar la actuación subsiguiente del trabajador, sí que viene a aminorar el reproche que merece su comportamiento”. (TSJ Asturias, 11/02/11, Rº 3051/2010).

Romper las reglas de juego
La solución del TSJ de Asturias, declarando el despido improcedente, pone de manifiesto según explica Fermín Guardiola, socio de Baker & McKenzie, que “una vez rotas las reglas de juego por la empresa –las que marcan la educación y la cortesía– todo vale para los trabajadores”. A su juicio, "que el jefe sea el primero en acudir al insulto no justifica que el trabajador responda en términos similares, pero sí es un atenuante que impide que la sanción aplicable sea el despido procedente". Guardiola cree que de la sentencia se desprende una recomendación evidente: “fair play, también en la empresa".

miércoles, 4 de mayo de 2011

La CMT lo deja claro: no se puede cobrar por cancelar la portabilidad

Telefónica ha tirado la primera piedra. Lo ha hecho en una consulta al regulador del sector de las telecomunicaciones, la CMT, donde lanza a la arena pública la polémica sobre si se puede cobrar al usuario por iniciar el proceso de cambio de operador fijo o móvil (la portabilidad) y luego cancelarlo. El exmonopolio dice que no tiene intención de comenzar a cobrar por ello, pero asegura que, a su juicio, la ley lo permite y que el sector podría implantar esta costumbre, puesto que la regulación no dice nada al respecto.
Lo cierto es que hay algunas compañías que cobran a los usuarios por cancelar la portabilidad, por iniciar el trámite para irse con ellas y luego anularlo. Y esta práctica es contraria a los intereses de Telefónica, porque en muchas ocasiones es esta compañía la que está tratando de convencer a sus usuarios para que no se vayan con ofertas de retención y el hecho de que tengan que pagar por quedarse finalmente con Telefónica puede llegar a desincentivar al cliente.

Hasta 50 euros por cancelación
Según los datos de la CMT, Orange cobra por portabilidad cancelada en móvil y en fijo. Son 30 euros en ambos casos. The Phone House impone una penalización de 50 euros por cada cambio interrumpido por voluntad del cliente para cualquier operador de destino.
Pese a la opinión de Telefónica de que estos cobros son legales, la CMT es contundente: no lo son, según asegura en una resolución de su consejo. Eso sí, lo primero que dice el regulador es que no se trata de una competencia que recaiga sobre ella, sino que son las leyes de consumo las que lo vigilan. Y "las Leyes de Defensa de los Consumidores y Usuarios y de Ordenación del Comercio Minorista impiden expresamente cobrar al usuario algún tipo de gasto incurrido por el operador como consecuencia del desistimiento del contrato, como es la cancelación de la solicitud de portabilidad necesaria para la prestación de sus servicios. Además, tampoco es posible fijar al usuario garantías o anticipos de pago previos a la prestación del servicio que aseguren un eventual resarcimiento del operador para el caso de que se ejercite la cancelación de la portabilidad numérica", explica la CMT.
Y, si se le pregunta su opinión, el regulador respalda letra por letra lo que dicen las leyes de consumo. "La posible utilización generalizada por todos los operadores de la práctica de obligar a constituir depósitos, como garantía ante una posible cancelación de la portabilidad, puede llegar a desincentivar a los usuarios a ejercitar el derecho a cambiar de operador por temor a la importante repercusión económica que puede tener solicitar el cambio de operador. Ello, porque una vez solicitado dicho cambio de operador, posteriormente, el usuario puede verse motivado a cancelarlo debido a la contraoferta que su operador donante le pueda hacer, que mejore la del operador potencialmente receptor de su numeración", añade la comisión.

Trabas a la competencia
El regulador tampoco tiene problema alguno para decir que la actitud de The Phone House y Orange es contraria a la ley. "Dadas las cantidades cobradas por los operadores (50 euros por parte de The Phone House y 29,95 euros (sin IVA) para las numeraciones fijas y 30 euros para las numeraciones móviles por parte de Orange), esta comisión considera que dicha repercusión podría suponer una traba práctica para los usuarios que les limite la libertad de opción y de elección de operador de conformidad con los derechos que tienen reconocidos por el ordenamiento jurídico (derecho a desistir)".
Lo único que permite la CMT es repercutir al usuario el coste que se cobran las operadoras de fijo entre ellas cuando se cancela una portabilidad: 0,41 euros. Es un coste en el que incurren y pueden trasladarlo, porque la comisión entiende que ese importe no desincentiva la cancelación, en caso de que el usuario quiera hacerlo. Cualquier cantidad superior o en telefonía móvil cuenta con la oposición de la CMT.

lunes, 2 de mayo de 2011

La red social Facebook se valora en 100.000 millones de dólares

En su séptimo ejercicio fiscal, el grupo fundado por Mark Zuckerberg espera registrar un ebitda de 2.000 millones de dólares y unas ventas de más de 4.000 millones.

La mayor red social del mundo, Facebook, ha filtrado sus previsiones económicas para 2011, con el fin de atraer nuevos inversores.
La mayor red social del mundo (ronda los 600 millones de usuarios, con unos elevados índices de uso diarios) espera registrar este ejercicio un ebitda de 2.000 millones de dólares (1.344,5 millones de euros), según publicó ayer The Wall Street Journal. Las ventas del grupo podrían superar ligeramente los 4.000 millones de dólares.

Estas cifras, aunque suponen más que duplicar los resultados del año pasado (cuando registró unas ventas de 1.860 millones de dólares), son significativamente inferiores que los que manejaba Google siete años después de ser fundada por Larry Page y Sergey Brin.
En enero, Goldman Sachs y la firma rusa Digital Sky Tecnologies invirtieron 1,5 millones de dólares en acciones de Facebook, elevando su valor en los mercados secundarios hasta los 50.000 millones de dólares. Desde entonces, la Facebookmanía habría llegado a duplicar esta cifra en el entorno de algunos inversores privados.

Salida a bolsa
El analista Lou Kerner, de la firma Wedbush Securities, calcula que antes de salir a bolsa, la próxima primavera, Facebook habrá alcanzado un valor en el mercado de 112.900 millones de dólares.
No obstante, la columnista Kara Swisher de The Wall Street Journal advierte que “grandes inversores institucionales” habrían preguntado recientemente a Facebook si aún pueden adquirir una participación valorando la empresa en 60.000 millones. Asimismo, fuentes del mercado señalan que algunos accionistas estarían encontrando problemas para vender sus títulos por estas cantidades.

EEUU mata a Osama Bin Laden

Casi diez años después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 que costaron la vida a cerca de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania, Estados Unidos ha conseguido acabar con Osama bin Laden, el líder de la red terrorista Al Qaeda, de 54 años. El presidente, Barack Obama, ha comparecido en la Casa Blanca 25 minutos antes de la medianoche (las 05.35 de la mañana en España) y, tras dar detalles sobre la operación, que ha tenido lugar en Abbottadad, una población cercana a la capital pakistaní, Islamabad, ha declarado: "Se ha hecho justicia".

"Esta noche puedo confirmar al pueblo estadounidense que Estados Unidos ha acometido una operación que ha matado a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda y terrorista responsable del asesinato de miles de hombres, mujeres y niños", ha dicho Obama, que ha anunciado que se ha tratado de una operación acometida por "un pequeño grupo de estadounidenses" en la que "tuvieron cuidado de evitar víctimas civiles" y en la que, tras un cruce de fuego, "mataron a Osama bin Laden y tomaron custodia del cuerpo". La Casa Blanca no ha querido precisar si la misión la han ejecutado miembros de la CIA o de las fuerzas especiales.
Obama ha detallado también que fue en agosto cuando su equipo de inteligencia recibió una pista creíble del paradero del terrorista más buscado del mundo y que fue la semana pasada cuando autorizó la operación acometida el domingo. El jefe de la Casa Blanca ha destacado la cooperación de Pakistán en esta operación.

Asalto de 40 minutos

Tras la comparecencia de Obama, la Casa Blanca ha empezado a dar detalles sobre la operación. Bin Laden, que durante casi una década ha eludido al espionaje y a los militares estadounidenses, y cuyo paradero ha sido un misterio desde que escapó de Tora Bora y del abrigo de los talibanes en Afganistán, estaba refugiado en un complejo residencial en la ciudad de Abbottadad construido en el 2005 y de valor estimado en un millón de dólares. Tenía dos puertas de seguridad y muros de entre 3,5 y 5,5 metros coronados por alambradas pero no internet ni teléfono. Levantó también sospechas que sus ocupantes no tiraran la basura sino la quemaran.
Osama bin Laden no fue el único que murió en la operación estadounidense. Junto a él fallecieron cuatro personas más, entre las que estaría un hijo del líder de Al Qaeda, según fuentes oficiales estadounidenses. Los otros tres fallecidos son dos hombres y una mujer que habría sido utilizada como escudo humano por uno de ellos en el asalto, que duró 40 minutos. Otras dos mujeres han resultado heridas. En la mansión de Bin Laden, había muchas mujeres y niños cuando se ha producido la operación, según las fuentes.

Disparo en la cabeza

El asalto fue seguido en directo, desde el cuartel de la CIA en Langley (Virginia) por el director de la agencia, Leon Panneta, y por otros miembros de los servicios de inteligencia.
La Casa Blanca ha hecho hincapié en que el Ejército de EEUU tiene el cuerpo del terrorista para disipar cualquier duda sobre la veracidad de la noticia. Fuentes oficiales han señalado que el Ejército ha tomado una muestra de ADN, cuyos resultados se conocerán en próximos días, serán definitivos para acallar las acusaciones que han lanzado grupos integristas asegurando que Bin Laden vive.
Bin Laden fue identificado por las fuerzas de asalto que le mataron en el tiroteo. Algunas fuentes han revelado que el líder de Al Qaeda se resistió y los militares le dispararon en la cabeza.

"Seguiremos vigilantes"

En su discurso, el presidente estadounidense ha querido insistir en que EEUU "no está, y nunca estará, en guerra con el islam” y ha hablado de la caída de Bin Laden y el golpe que su desaparición asesta a Al Qaeda como una noticia que "debe ser bienvenida por todos los que creen en la paz y en la dignidad humana".
"Durante más de dos décadas Bin Lden ha sido el líder y símbolo de Al Qaeda --ha señalado Obama--. Su muerte marca el logro más significativo hasta la fecha en nuestro esfuerzo por derrotar a Al Qaeda, pero su muerte no representa el final. Debemos seguir y seguiremos vigilantes en casa y en el extranjero".
Obama ofrecía así la noticia que durante años persiguió su predecesor, el republicano George Bush, que justo el domingo hace ocho años daba en un portaviones un discurso bajo una pancarta declarando "misión cumplida" que le persiguió como un fantasma durante todo su mandato.

Aunque hay fuentes que indican que es un montaje de los EEU aportando esta fotografía.